"Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender cómo se hace".
Franklin Delano Roosevelt
Dentro de las principales características que distinguen a un buen colaborador del que no, tenemos:
1. Visión global del trabajo:
El líder se caracteriza por su visión a largo
plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y
detectar oportunidades mucho antes que los demás. El líder no se contenta con lo que hay, es una
persona inconformista, creativa, que le gusta ir por
delante.
2. Sentido común:
El colaborador eficiente debe seguir su instinto y capacidad de raciocinio, saber cuándo algo está bien o mal, y prestar atención a las conductas de los otros.
3. Compromiso con el trabajo:
Tiene que ser una persona de palabra: lo que
promete lo cumple. Es la única forma de que el equipo tenga una
confianza ciega en él.
4. Polivalencia:
Indica la necesidad de hacer un trabajo que normalmente no se hace o no le corresponde. Esta práctica puede resultar beneficiosa tanto para el trabajador como para la empresa. Esto puede llevar al trabajador a ascender en la empresa, si cumple a cabalidad con el trabajo que se le ordene.
5. Lealtad:
Unos elevados valores éticos son fundamentales para
que el colaborador se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple “bluff”
pasajero.
El equipo tiene que tener confianza plena en usted, tiene que estar absolutamente convencido que va a actuar
honestamente y no le va a dejar en la estacada.
Si los subordinados detectan que no juega
limpio y que tan sólo le preocupan sus propios intereses, perderán su confianza
en él, proceso que una vez iniciado es muy difícil de parar.
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