6. Capacidad y ganas de aprender:
El colaborador debe tener una visión personal y ser exigente consigo mismo, tratando de aprender cosas nuevas cada día. La lucha por unas metas difíciles requiere un nivel
de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de
exigencia.
Si el líder fuera exigente con sus empleados pero
no consigo mismo no sería un líder, sería un déspota que pondría a toda la
organización en su contra.
7. Espíritu positivo:
Es la actitud intrínseca más importante y que se debe desarrollar sobre todo en las dificultades. Debemos confiar en nuestras capacidades, sacar provecho a las situaciones adversas y no creer en falsas realidades.
8. Ser generador de un buen clima organizacional:
Es decir, que debe contagiar entusiasmo a su alrededor. Lograr que en su ambiente se mantengan buenas relacionales laborales y todos se respeten.
9. Respeto a los demás:
Es una de las características más valiosas. Requiere reciprocidad de ambas partes; respeto para que me respeten.
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